Los síndromes lagunares
más frecuentes son: 1)hemiparesia motora
pura con infarto en el brazo posterior de la cápsula
interna o la base de la protuberancia; casi siempre se
extiende hasta la cara, los brazos y las piernas; 2) accidente
sensitivo puro por un infarto en la porción
ventrolateral del tálamo; 3) hemiparesia atáxica por
infarto de la base de la protuberancia; 4) disartria y
torpeza de la mano o el brazo por infarto en la base de
la protuberancia o la rodilla de la cápsula interna, y
5) hemiparesia motora pura con "afasia motora o
de Broca" por oclusión trombótica de una rama
reticuloestriada que se distribuye en la rodilla y el
brazo anterior de la cápsula interna y la sustancia
blanca vecina, propia de la corona radiada.
Los síntomas transitorios (TIA
de vasos pequeños) presagia en ocasiones un infarto de
vasos pequeños; aparecen varias veces al día y duran sólo
unos minutos. La recuperación de un infarto de vasos
pequeños comienza en un lapso de horas o días y
concluye en el término de varias semanas o meses; no
obstante, en algunos casos originan incapacidad
permanente. El tratamiento antitrombótico combinado no
suele prevenir los accidentes vasculares en las
"lagunas fluctuantes".
Algunos accidentes
cerebrovasculares que se originan en un vaso grande (por
trombosis o embolia) se manifiestan al principio en
forma de síndrome lagunar con infarto de vasos pequeños.
Por lo tanto, es importante buscar el origen embólico
(carótidas y corazón) al examinar a estos pacientes.
La prevención secundaria del accidente lagunar entraña
modificar varios factores de riesgo, específicamente
reducir la presión arterial (consúltese "Prevención
primaria y secundaria", más adelante en este capítulo).